El universo está vivo


El universo está vivo e impregnado de subjetividad. Causas y efectos sólo son el mecanismo que utiliza para realizar lo que quiere. Y lo que quiere es vivir y respirar a través de ti.
Para descubrir la verdad sobre esto necesitas relacionarte con el universo como si estuviera vivo. De otra manera, ¿cómo podrías saber que lo está? A partir de hoy, comienza a adoptar los siguientes hábitos:
Habla con el universo.
Escucha su respuesta.
Establece una relación íntima con la naturaleza.
Contempla la vida en todas las cosas.
Condúcete como un hijo del universo.
El primer paso, hablar con el universo, es el más importante. No implica ir por ahí susurrando a las estrellas o iniciar una conversación cósmica imaginaria.
El hábito de considerar al mundo “allá fuera”, desconectado de ti, está muy arraigado; todos compartimos un prejuicio cultural que reserva la vida sólo para plantas y animales, y concede inteligencia exclusivamente al cerebro.
Tú puedes empezar a derribar esta creencia reconociendo cualquier pista de que los mundos interno y externo están conectados.
Ambos tienen la misma fuente; están organizados por la misma inteligencia profunda; se responden entre sí.
Cuando digo que puedes hablar con el universo quiero decir que puedes conectarte con él.
Sí te sientes deprimido por un día gris y lluvioso, por ejemplo, considera lo gris de tu interior y del exterior como el mismo fenómeno con aspectos objetivo y subjetivo.
Si vas de regreso a casa después de trabajar y una intensa puesta de sol atrapa tu mirada, considera que la naturaleza quería llamar tu atención, no que tú y la puesta de sol tuvieron solo un encuentro accidental.
Tu existencia se entrelaza con el universo, no por azar sino por intención.
Cuando veas que la vida existe en todas partes, reconoce lo que ves. Al principio puedes sentirte extraño haciendo esto, pero eres un cocreador y tienes el derecho de apreciar las pautas de conexión que has formado.
Conducirte como un hijo del universo no es un juego de fingimiento cósmico. Tú existes en todas partes en el espacio-tiempo, un hecho científico al que llevamos un paso adelante diciendo que este momento en el espacio-tiempo tiene un propósito especial en tu mundo.
Es tu mundo, y al responder a él de esa manera, empezarás a notar que te responde: * Algunos días todo sale bien.
Algunos días todo sale mal.
En ciertos momentos te sientes inmerso en el ritmo de la naturaleza.
En ciertos momentos sientes como si desaparecieras en el cielo o el océano.
A veces sabes que siempre has estado aquí.
Son ejemplos generales, pero puedes estar alerta a momentos que parecen hechos sólo para ti. ¿Por qué ciertos momentos parecen tener una magia irrepetible? Sólo tú puedes saberlo, pero no lo sabrás si no te sintonizas primero con el sentimiento. El símil más cercano que se me ocurre en esta clase de relación privilegiada es la que se da entre personas que se aman: los momentos ordinarios están impregnados de una presencia o peculiaridad que no podría sentir una persona ajena.
Algo totalmente irresistible atrae nuestra atención cuando estamos enamorados; una vez que lo hemos experimentado, no se olvida fácilmente. Sentimos como si estuviéramos dentro de la persona amada y ésta dentro de nosotros. Nuestra fusión con algo más grande que nosotros es una fusión de dos subjetividades. Se le ha llamado relación “tú y yo”, o la sensación de ser como una ola en el océano infinito del Ser. No permitas que nombres y conceptos te distraigan. No hay una manera determinada para relacionarte con el universo. Sólo relaciónate a tu modo. Un niño pequeño, , encuentra su camino hablando con árboles y dragones invisibles. Ésa es su relación privilegiada. ¿Cuál será la tuya? Estremécete de expectación y descúbrelo.

El Libro de Los Secretos

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